Generación de relevo y decisiones de inversión en fincas cafeteras en el departamento de Caldas - Colombia

Generational Continuity and Investment Decisions on Coffee Farms in the Department of Caldas - Colombia

Geração de substituição e decisões de investimento em fazendas cafeeiras no departamento de Caldas - Colômbia

Liliana López Cardona
Universidad Autónoma de Manizales, Manizales-Colombia
lilianalopezcardona@gmail.com

Recibido: 28.11.12
Aprobado: 07.05.13


Resumen

En el sector cafetero colombiano se ha observado el envejecimiento de la población. La Federación Nacional de Cafeteros de Colombia ha implementado programas de relevo generacional que no parecen haber recibido la respuesta esperada de los jóvenes. Con el propósito de brindar recomendaciones de política pública para la promoción del relevo generacional en la caficultura, se realizó una encuesta amplia a los cafeteros jóvenes del departamento de Caldas. Se establecieron relaciones entre variables y se analizaron correspondencias entre los determinantes de la decisión de adquirir una finca cafetera. Se recomienda que los programas incluyan participación de los jóvenes en selección de predios, decisiones administrativas y el control de las inversiones.

Palabras clave: Café, Relevo Generacional, Decisiones de Inversión, Inversión en Fincas Cafeteras.


Abstract

An aging population is evident in the Colombian coffee sector. The National Federation of Coffee Growers of Colombia has implemented generational renewal programs, though they do not seem to have received the response they hoped for among young people. In order to provide public policy recommendations for the design of programs that encourage generational renewal in the coffee sector, an extensive survey was conducted among young coffee growers in the department of Caldas whom had officially registered between 2005 and 2011; relations between variables and analysis of correspondences among the determinants of the decision of purchasing a coffee farm were established. We encourage programs to include the participation of young people in the selection of land plots, administrative decisions and investment.

Key Words: Coffee, Generational Renewal, Investment Decisions, Investment in Coffee Farms.


Resumo

Tem-se observado envelhecimento da população no setor cafeeiro da Colômbia. A Federação Nacional dos Cafeicultores da Colômbia tem implementado programas de substituição geracional que parecem não ter recebido a resposta esperada dos jovens. A fim de fornecer recomendações de política pública para promover a mudança geracional no setor cafeeiro, foi aplicado um questionário abrangente aos jovens Cafeicultores do departamento de Caldas. Foram estabelecidas relações entre variáveis e foi feita uma análise de correspondências entre os determinantes da decisão de adquirir uma fazenda de café. Recomenda-se que os programas considerem a participação dos jovens na seleção dos terrenos, as decisões administrativas e o controle do investimento.

Palavras-chave: Café, Mudança Geracional, Decisões de Investimento, Investimento em Fazendas de Café.


Introducción

La caficultura es una de las principales actividades económicas del departamento de Caldas. El departamento cuenta con el 10,2% del área cafetera del país (81.919 hectáreas) y el 8% de los caficultores (37.671). Entre 2004 y 2007 el peso del café en el valor agregado departamental creció de 6,5% a 7,7% y su participación en el PIB agropecuario pasó de 48,4% a 55,1%. Es además el único departamento del país donde más de la mitad del PIB agropecuario es generado por el café (FNC 2011a).

En el sector cafetero se viene observando desde hace algunos años el envejecimiento de la población de caficultores, que registra una edad promedio de 54,5 años, sin que estén siendo relevados por las generaciones más jóvenes. Por el contrario, se observa un incremento de la migración desde las zonas rurales hacia las urbanas, especialmente de la población más joven y capacitada. Caldas tiene la mayor tasa de expulsión de población: la tasa de crecimiento poblacional es del -1,2% y la tasa de migración neta del -24,3% (Leibovich et al. 2008).

La incorporación de cafeteros jóvenes a la caficultura del departamento ocurre de manera muy lenta, según se confirma con los datos del proceso de cedulación1 de los últimos cinco años, registrados en el Sistema de Información Cafetera-SICA de la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia-FNC. Entre los años 2005 y 2011 se cedularon alrededor de 3.600 caficultores de todos los municipios, pero sólo el 10,2%, en total 367 caficultores, eran menores de 35 años (FNC 2011b), institucionalmente considerados caficultores jóvenes2. A este ritmo de un 10% de nuevos productores jóvenes por lustro, se necesitarían más de diez décadas para sustituir las generaciones de cafeteros que se retiran.

En búsqueda de la formación de una generación de relevo en la caficultura, desde 1996 opera en las instituciones educativas rurales de Caldas el proyecto "Escuela y Café" como parte del plan de estudios, asignatura en la cual los estudiantes desarrollan las competencias técnicas y administrativas mediante el desarrollo de contenidos propios de la asignatura y la implementación de proyectos pedagógicos productivos de café. El proyecto busca el desarrollo de las "Normas de competencia"3 para que los jóvenes egresados se desempeñen exitosamente en la actividad cafetera, en respuesta a la política nacional de articulación de la educación con el sector productivo. Cerca de 15.000 estudiantes se vinculan anualmente al proyecto. En 2010 se habían certificado cerca de 5.000 estudiantes y egresados (Jaramillo y Ramírez 2010).

Pero el envejecimiento de los caficultores y la poca inserción de la población joven a la caficultura han contrarrestado los esfuerzos institucionales en capacitación de la población joven y la búsqueda del relevo generacional. A pesar de los programas institucionales que promueven la formación de competencias para la caficultura, la adopción de nuevas tecnologías y el relevo generacional (acceso de jóvenes a fincas cafeteras, administración de las fincas por las nuevas generaciones y retiro de caficultores mayores en condiciones aceptables) (FNC 2008), la respuesta no ha sido aún suficiente para garantizar esta intención.

Con el propósito de brindar recomendaciones de política pública para el direccionamiento y ajuste de los programas de promoción del relevo generacional en la caficultura, se realizó una encuesta amplia a los cafeteros jóvenes (menores de 35 años) del departamento de Caldas, que se registraron oficialmente entre 2005 y 2011, para identificar cuáles son los determinantes de la decisión de adquirir una finca cafetera y cuáles de estos pesan más en la decisión. Se establecieron relaciones entre variables y se aplicó la técnica de análisis de correspondencias para identificar las divergencias entre las motivaciones. De acuerdo a la revisión de literatura, los programas de relevo generacional actuales están estructurados con variables económicas (condiciones tecnológicas de las fincas) y no dialogan con las variables culturales (valorización de intangibles) que, tanto en la literatura consultada como en los resultados del estudio, tienen más peso en la decisión de los jóvenes; por lo anterior, el autor recomienda incorporar otras variables tanto para selección de las fincas como para su administración.

El presente artículo se divide en cuatro secciones: en la primera se presentan los antecedentes; en la segunda se sintetiza la estrategia metodológica; en la tercera se presentan los resultados y la discusión describiendo: la caracterización de la población de caficultores jóvenes del departamento de Caldas; las condiciones tecnológicas de las fincas; la adquisición y financiación de la finca, y los factores que motivan la decisión de adquirir una finca y mantenerse en el sector. En la cuarta sección se presentan una serie de recomendaciones para el direccionamiento y ajuste de los programas de promoción del relevo generacional en la caficultura.

1. Antecedentes

1.1 Factores que inciden en las decisiones de inversión en tierras agrícolas

Al evaluar la toma de decisiones de inversión en tierras agrícolas, en la literatura se identifica un conjunto de factores determinantes como los rendimientos esperados, la disponibilidad de capital, el precio de la tierra la liquidez, el acceso a crédito, la posición financiera, el nivel de endeudamiento, los incentivos, los programas de apoyo institucional existentes, la tenencia de título de propiedad sobre la tierra, el grado de apego a la comunidad, características socioeconómicas de los hogares, el grado de incertidumbre y la aversión al riesgo. Los estudios realizados señalan la agricultura como un negocio altamente riesgoso y a los inversionistas, los agricultores, como agentes con aversión al riesgo (Dillon y Scandizzo 1978; Boumtje, Barry y Ellinger 2001)4.

La decisión de compra de nuevas tierras puede ser una de las decisiones de inversión más difíciles si se tiene en cuenta que adquirirla requiere un proceso de financiación a largo plazo (Lee y Rask 1976). Las expectativas sobre las tendencias económicas y la posición financiera al momento de la compra son determinantes importantes del precio máximo que está dispuesto a ofrecer un comprador. Los agricultores ya establecidos y aquellos con capacidad de comprar unidades completas se encuentran en una mejor posición para ofrecer precios mayores (Lee y Rask 1976).

Un estudio de Schweigert (2006), en un programa para la obtención de tierras, encontró que los hogares que contaban con títulos de propiedad sobre las tierras obtuvieron mayores niveles de producción, por incrementos en la inversión en mano de obra familiar. De otro lado, el tamaño de la unidad productiva se relaciona con el bienestar y la rentabilidad de la familia caficultora. En un estudio realizado, las familias con predios de 3.8 hectáreas o más, podrían cubrir su nivel de gastos aportando la mano de obra familiar para el desarrollo de todas sus actividades, en comparación con las familias que tienen unidades productivas de menor tamaño, razón por la cual se ven obligadas a buscar trabajos extra prediales para ajustar el nivel de gastos (García y Ramírez, s.f.).

Las decisiones relacionadas con el manejo de la finca dependerán del nivel educativo de los productores (Chayanov 1979); un mayor nivel de escolaridad de los caficultores está asociado con mayor adopción tecnológica, mayor densidad de siembra y menor edad de las plantaciones (Schuh, Flórez y Grajeda 2010).

Respecto a la adopción del criterio de maximización de los beneficios entre los pequeños productores agrícolas, el estudio de Mendola (2007) aporta importante evidencia. Su propósito es explorar la manera como los hogares campesinos manejan la interacción entre el riesgo y el ingreso y entre el riesgo y los rendimientos esperados al tomar decisiones de producción en el contexto de mercados incompletos e instituciones débiles o inexistentes. Los resultados sugieren que las imperfecciones de mercado en condiciones de bajos ingresos para el productor pueden provocar pérdidas de eficiencia y conducir a trampas de pobreza, dado que los productores con menos recursos tienden a invertir mucho menos de lo necesario para maximizar los beneficios.

Una importante pieza de la literatura sobre toma de decisiones por parte de los agricultores la constituyen los planteamientos de Chayanov (1979) sobre las diferencias existentes en la racionalidad, según se trate de economía campesina o de unidades empresariales. En las fincas de economía campesina, los criterios sobre la adquisición de la tierra usualmente no están determinados por una visión de agronegocio. Para estas familias, las decisiones se guían por la satisfacción de necesidades, más que por la maximización de utilidades. Este factor es importante tenerlo en cuenta al analizar la caficultura colombiana, donde predominan las pequeñas fincas: en Caldas el 61,3% de los caficultores tienen predios menores de 1,5 ha (FNC 2011a).

1.2 Oferta de programas de relevo generacional en la caficultura

La institucionalidad cafetera colombiana ha implementado programas encaminados a facilitar el acceso de jóvenes a fincas cafeteras y el retiro de caficultores mayores en condiciones aceptables (FNC 2008).

En Caldas, cerca de un 30% de la población cafetera se encuentra en edad de retiro5 y por lo tanto sus esfuerzos no están enfocados en la modernización y mejoramiento administrativo de los predios.

Los programas de relevo generacional que ha implementado la FNC tienen en común el diseño de una estrategia para facilitar a los jóvenes rurales el acceso y uso de factores de producción como tierra y capital de trabajo, con el fin de mejorar y modernizar la producción y abrir las puertas a un nuevo modelo de redistribución de tierras en el país. Dichos programas están dirigidos a personas con edades entre los 18 y 35 años (FNC 2010c), rango de edad que las instituciones cafeteras consideran como población joven. El primer modelo se implementó en el departamento del Valle en los años noventa y hacia 2005 se comenzaron a llevar a cabo intervenciones en varios departamentos bajo la formulación del proyecto Modelos Innovadores de Intervención - Jóvenes Agricultores. Desde el año 1997, por iniciativa del Comité Departamental de Cafeteros del Valle, se diseñó un programa de asociatividad que buscó promover el relevo generacional en las zonas rurales cafeteras y facilitar a los jóvenes rurales el acceso y uso de factores de producción como tierra y capital de trabajo con el fin de mejorar sus condiciones de vida (PNUD 2006 y FNC 2010c). El modelo de asociatividad se replicó con el apoyo de Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Gobierno Nacional en varios departamentos de Colombia y en el municipio de Pácora, Caldas (FNC 2008). Es un modelo con varios beneficiarios por predio y disponibilidad de mano de obra de los asociados; además, economía de escala para la compra de insumos, transporte, comercialización y gestión. En los departamentos de Cauca y Cundinamarca se buscó el relevo generacional mediante un modelo de "Contrato de arrendamiento tipo jubilación sustituta" que consiste en la transferencia de tierras con vocación cafetera de los adultos mayores a jóvenes de la zona. El propósito es beneficiar al adulto mayor facilitando el acceso a condiciones de retiro dignas, cediendo la tierra a su hijo a través de un contrato de arrendamiento. Además aumentar los niveles de adopción de tecnología e involucrar aspectos de seguridad social y estabilización del ingreso. El programa define un perfil y rasgos de personalidad para la selección de los jóvenes y se apoya en una serie de arreglos institucionales, administrativos, financieros, técnicos y sociales para la puesta en marcha y sostenibilidad de empresas asociativas y rentables. En este modelo se le entrega a un joven una finca de cinco hectáreas en promedio con caficultura tradicional o tecnificada envejecida (FNC 2010a; 2010b).

En el departamento de Caldas, en el año 2011, el Comité Departamental de Cafeteros -CDCC inició un proyecto de desarrollo para facilitar que jóvenes rurales con vocación de cafeteros se conviertan en propietarios de fincas de tres hectáreas. Los beneficiarios son jóvenes entre los 18 y 40 años, con escolaridad mínima de educación media, egresados de los programas educativos de la Alianza por la Educación Rural de Caldas, certificados en competencias específicas para la caficultura e interesados en la producción de este cultivo (Comité Departamental de Cafeteros de Caldas 2012). El procedimiento de selección de los participantes cubre la definición del perfil del beneficiario, la preselección de las fincas, el análisis técnico, jurídico y financiero, la compra de la finca, y la definición del Plan de intervención y acompañamiento. La meta del proyecto es vincular en una primera etapa a 250 egresados menores de 40 años (FNC 2012).

La atracción de las generaciones jóvenes hacia este tipo de programas tiene un valor especial para la competitividad del sector, en Caldas su nivel educativo es el doble de los caficultores actuales, que en promedio es equivalente al de educación primaria: el 61,3% de los cafeteros cuenta con menos de cuatro años de escolaridad (Schuh, Flórez y Grajeda 2010). Aunque los diversos programas institucionales en Colombia han capacitado un alto número de personas, la población joven en las zonas rurales es cada vez menos numerosa, con una tendencia cada vez más acentuada a migrar hacia las zonas urbanas.

2. Metodología

La estrategia metodológica adoptada consistió en obtener información de la totalidad de los caficultores que se registraron oficialmente como tales durante los últimos cinco años, contando con el respaldo del Comité Departamental de Cafeteros de Caldas. La información se obtuvo mediante encuesta directa a los caficultores de 24 municipios cafeteros del departamento, complementada con información de la FNC y el Comité Departamental de Cafeteros de Caldas. Los siguientes puntos resumen el proceso: identificación de la población de estudio, selección de variables, diseño de un instrumento de recolección de información, recolección de información, procesamiento de la información, análisis de información y análisis de correspondencias.

Se depuró la base inicial de datos del Sistema de Información Cafetero (SICA), con el fin de seleccionar los caficultores cedulados en los últimos cinco años; se clasificó a la población por edades y se geo-referenciaron los datos para su localización en campo. Se revisó la literatura para la identificación de variables e indicadores. De acuerdo con la literatura estudiada, se seleccionó un conjunto de indicadores culturales, económicos, tecnológicos e institucionales que pueden incidir en la toma de una decisión de adquirir una finca cafetera para la población de estudio. En el componente cultural se tuvieron en cuenta variables demográficas, características físicas, sociales y geográficas del productor, nivel de formación y arraigo cultural. En los aspectos económicos se tuvo en cuenta la capacidad económica para comprar la finca, la actividad económica e indicadores sobre la racionalidad que emplean los productores jóvenes para la adquisición de las fincas. En el aspecto tecnológico se consideró el tamaño del productor como factor diferenciador de las decisiones de inversión, aproximado mediante el área sembrada en café; se diseñaron indicadores para observar las condiciones tecnológicas: la edad del café (indicador de productividad y actualización tecnológica de la finca); densidad; y variedades sembradas, para construir la proporción de variedades resistentes a la roya, como proxy de la prevención ante problemas del cultivo. Como parte de los determinantes institucionales se consideró la oferta de programas institucionales de apoyo a los caficultores y la comercialización a través de los puntos de compra de la institucionalidad.

Se diseñó el cuestionario de recolección de información con base en las variables e indicadores propuestos; prueba piloto para la validación de cuestionario en campo y ajuste final del cuestionario en su estructura y lenguaje. Se realizó el trabajo de campo con un equipo de 32 personas que realizaron las encuestas mediante entrevista directa a los productores en cada municipio o corregimiento. La encuesta fue aplicada durante los meses de julio y agosto de 2011 en 24 municipios del departamento. Posteriormente se digitó la información, para la construcción y depuración de la base de datos. Con el cálculo previo de los indicadores descriptivos para cada una de las variables, se diseñaron los cuadros de salida y las tablas cruzadas. Se realizaron las pruebas estadísticas que permitieran establecer relaciones entre las variables y la correlación entre los principales determinantes de la decisión de adquirir la finca. Los análisis fueron realizados en el software estadístico SPSS/PASW Statistics. Se utilizó la técnica del análisis de correspondencias para identificar la relación existente entre las motivaciones que tuvieron los jóvenes para adquirir una finca cafetera y al intensidad de dichas relaciones, asociadas con la escala de producción, (tamaño de los cafetales en hectáreas). Se utilizó el programa STATA para analizar la información final de los determinantes

La población de estudio estuvo conformada por todos los caficultores menores de 35 años que adquirieron por primera vez su cédula como miembros del gremio cafetero en el departamento de Caldas durante el período 2005-2011. Filtrando por estas características se elaboró un marco de lista a partir de la base de datos del Sistema de Información Cafetero-SICA de la Federación Nacional de Cafeteros, el cual contiene datos de identificación de los caficultores y las fincas. El filtro por edad y condición de cedulación en los últimos cinco años identificó una población de referencia de 367 caficultores en el departamento.

Dado el tamaño relativamente pequeño de esta población se tomó la decisión de hacer el estudio con una perspectiva censal. Se realizaron varias rondas de contactos telefónicos previos con la totalidad de los nuevos caficultores para concertar las entrevistas personales, que se llevaron a cabo directamente en la finca. Después de desplegar el operativo de campo se obtuvieron 231 entrevistas efectivas, contando al final con una proporción considerable, el 63%, de la población objetivo, que resultó representativa de la población estudiada: las características del caficultor y de la finca son similares a la población joven promedio de caficultores en el departamento.

Con el propósito de incorporar las posibles diferencias por la escala de producción, se emplearon tres categorías en la presentación de algunos resultados, clasificando los cafeteros jóvenes de acuerdo al tamaño de la unidad productiva de café, de la siguiente manera:

• Cafeteros con predios menores de una hectárea sembrada en café.
• Cafeteros con área en café entre una y tres hectáreas.
• Cafeteros con más de tres hectáreas sembradas en café.

3. Resultados

3.1 Caracterización de la población de caficultores jóvenes del departamento de Caldas

El 95% de los caficultores jóvenes (rango de edad entre 18 y 35 años) del departamento de Caldas son menores de 26 años y sus edades se concentran entre 19 y 28 años; son principalmente hombres (71,5%). Predominan las familias nucleares conformadas por padres e hijos (75%), quienes habitan en la finca propia (41,1%) o en la finca de sus padres (35,6%). Alrededor del 50% de los encuestados viven en unión libre o están casados; al relacionar la información del lugar de residencia con el estado civil, se observa que el más alto porcentaje de jóvenes que viven en la finca de los padres son solteros (25,1%) y que el mayor porcentaje de personas casadas y en unión libre viven en finca de su propiedad (26,9%). Cuando se constituyen hogares por matrimonio o unión libre, los jóvenes están buscando independencia. Solamente el 6,9% comparten con su cónyuge el núcleo familiar de los padres.

La nueva generación de cafeteros jóvenes del departamento de Caldas (menores de 35 años), tiene una escolaridad promedio de 7,3 años, que supera el promedio departamental (2,7 y 4,2 años para la población cafetera de economía minifundista y campesina respectivamente-FNC 2011a), lo que marca diferencias de consideración en aspectos tecnológicos del cultivo, con relación al promedio departamental. Se presentan importantes diferencias según el tamaño de los predios, los cafeteros de menor tamaño (menos de una hectárea) tienen una escolaridad promedio de 6,3 años, mientras que los de 1 a 3 ha. registran en promedio 7,5 años y los de mayor tamaño (más de tres ha.) alcanzan 9,3 años. Esta mayor escolaridad coincide con la mayor cobertura en programas de educación básica y media en las instituciones educativas rurales, que ha venido ampliándose con la alianza suscrita entre la Gobernación de Caldas - Secretaría de Educación Departamental y el Comité Departamental de Cafeteros de Caldas, desde el año 1997 hasta el 2011. No obstante su mayor nivel educativo, una proporción alta de cafeteros jóvenes (65%) no se ha capacitado en temas relacionados con la actividad y el manejo general de las fincas. Una proporción muy baja (10%) están certificados en alguna norma de competencia para la caficultura definidas por la Mesa Sectorial del Café a través del Sistema Nacional de Formación para el Trabajo-SNFT.

La nueva generación de cafeteros jóvenes, son en su mayoría (72,3%) dueños únicos de sus fincas, donde predominan las pequeñas propiedades, por lo que muchos deben complementar el manejo de la finca con otras actividades de generación de ingresos. Casi la mitad de los predios (42%) tienen menos de una hectárea sembrada en café y el 90% tienen un área en café de tres hectáreas o menos. Cerca de la mitad de los jóvenes (45,9%) se dedica exclusivamente a administrar la finca, y el resto de la población, combina el manejo de la propiedad con la venta de mano de obra a otras fincas (26%), otros negocios (16%) o estudio (10,8%). En los hogares con pequeñas propiedades es frecuente que no se remunere la mano de obra, por lo que se buscan ingresos adicionales con la venta de mano de obra. En consecuencia, en el grupo de productores con áreas en café mayores a tres hectáreas, ninguno se emplea en otras fincas, combinando la administración de la finca con el estudio o con otros negocios (30,4% y 13,0% respectivamente). Con una unidad productiva de mayor tamaño los caficultores tienen mayores ingresos para su sostenibilidad independientemente de otras actividades o negocios y de la venta de mano de obra, los estudios de García y Ramírez (s.f.), refieren el tamaño de la unidad productiva como determinante para cubrir el nivel de gastos de la familia.

3.2 Condiciones tecnológicas de las fincas

Las fincas de esta nueva generación de cafeteros, tienen indicadores tecnológicos superiores al promedio departamental. Los cafetales tienden a ser más jóvenes, con una edad media de cinco años (4,7 años para fincas menores de 1 ha. y 5 años para fincas entre 1 y 3 ha.). El promedio departamental es 5 y 6 años para fincas de economía campesina y minifundista, respectivamente (FNC 2011a). La nueva generación usa más eficientemente el área de las fincas con una densidad de siembra promedio de 5.163 árboles por hectárea, en comparación con 4.850 y 4.403 para las fincas de economía campesina y minifundista respectivamente (FNC 2011a). Estos dos indicadores son especialmente significativos en el grupo de caficultores jóvenes con áreas entre una y tres hectáreas (5.644 árboles / hectárea y cinco años), mientras que las fincas de mayor tamaño requieren tecnificación.

Además de lo anterior, los cafeteros jóvenes de Caldas emplean en alta proporción variedades resistentes a la roya (Castillo y Colombia), las cuales predominan en más del 50% de las fincas. El 16,5% de los cafeteros jóvenes tienen certificada su finca como productora de café especial o están participando en procesos de certificación de cafés especiales (11,7% y 4,8% respectivamente). Las fincas certificadas reciben incentivos económicos (mayor precio por kg de café) y en ocasiones inversiones para el mejoramiento de la finca e implementación de mejores prácticas. Resulta de especial interés la muy alta proporción de los cafeteros jóvenes (47,8%) que manifiesta interés en iniciar el proceso de certificación, lo que implica el mejoramiento de las prácticas agrícolas, ambientales y sociales, y en algunos casos de la infraestructura.

Los caficultores jóvenes le conceden importancia al registro y uso de información para la administración de la finca. El 68,1% de los jóvenes (en comparación con alrededor de un 30% en promedio en el departamento, según estudios realizados por el CRECE) lleva registros y cuentas de la finca, siendo los más utilizados el registro de floración, cronograma de actividades, registro de actividades, registro de ventas, presupuesto, contabilidad y plan de mejoramiento. El uso de registro de floración, cronograma de actividades y presupuesto, permite planear con anticipación las principales actividades que se deben realizar en la finca (fertilización, manejo de broca y construcción de germinadores). El uso de registros de actividades, registros de ventas y contabilidad, son insumos para analizar la productividad y rentabilidad de la finca y elaborar el plan de mejoramiento. Otras herramientas administrativas utilizadas por los caficultores jóvenes son ejecución presupuestal, análisis comparativo y utilización de software para el manejo de la información. Los cafeteros jóvenes son conscientes de la necesidad de renovar los cafetales con variedades resistentes a la roya; el 73,4% de ellos solicitó la cédula cafetera con la intención de participar en los programas de crédito para renovación de cafetales (Permanencia, Sostenibilidad y Futuro PSF6) y el programa de apoyo a la renovación de cafetales (subsidio para la fertilización). Lo anterior lo reafirman en sus planes de corto plazo para el mejoramiento de la finca, en los que identifican como principal actividad la renovación de los cafetales con variedades resistentes a la roya, la fertilización y la realización de labores culturales y administrativas.

3.3 Adquisición y financiación de la finca

La mayor parte de los jóvenes compró la finca (61,0%); otra parte la recibió como herencia (22,5%) y una proporción más baja tiene la cédula cafetera y maneja la finca por encargo de un familiar (16,5%). Algunos jóvenes que recibieron la finca por herencia, también compraron otra parcela para aumentar el área productiva. Más de tres cuartas partes de las herencias fueron otorgadas al joven como único dueño, bien por fallecimiento del padre o abuelo, o porque los padres realizaron la partición de bienes para entregar en vida a cada hijo su patrimonio.

El hecho de que más de cinco sextas partes de las fincas compradas son patrimonio del joven como único dueño, muestra la tendencia a implementar proyectos cafeteros individuales. Algunos de ellos argumentan como ventaja la facilidad para tomar decisiones y emprender acciones, porque la administración compartida limita las actuaciones, especialmente cuando hay intereses divididos.

La falta de capital (18%) y las restricciones para acceder al crédito (9,9%), son las principales limitantes para que los jóvenes sean propietarios de fincas cafeteras. El apoyo económico de las familias es un factor que favorece el acceso a las parcelas. El 63,2% de las fincas se compraron con recursos propios (ahorros del joven o su familia) y cerca de la cuarta parte (22,5%) mediante créditos, en su gran mayoría de familiares o amigos. Una alternativa de financiación utilizada por algunos jóvenes (6,4%) para la compra del predio, consiste en establecer plazos con el dueño para pagar el valor de la tierra con la producción. Muchos de ellos, se emplean en otras fincas hasta conseguir los ahorros suficientes para tener una finca propia.

El 33% de los pequeños caficultores y el 45,6% de los grandes caficultores demanda algún tipo de crédito para la actividad. El acceso a recursos de crédito en el caso del sector cafetero se considera significativo de acuerdo con el estudio, ya que el 86% de quienes solicitan crédito reciben aprobación. Como se observa, proporciones importantes de los caficultores se abstiene de solicitar crédito porque no les gusta endeudarse. "En el sector cafetero, la aversión al riesgo por parte de los productores es especialmente importante si se tienen en cuenta los posibles 'shocks' externos de la actividad (clima, plagas y caída en los precios, especialmente). En lo que respecta a los pequeños productores, este costo es prácticamente imposible de asumir dadas las restricciones de dotación de activos y acceso a fuentes alternativas de capital; de modo que el riesgo de que se presenten situaciones de insolvencia se traduce en el riesgo de perder la garantía entregada (CRECE 2006). La principal dificultad de los jóvenes para administrar la finca sigue siendo la falta de capital (39,4%) para invertir en las actividades de manejo del cultivo (fertilización, manejo de arvenses, manejo de plagas y enfermedades). Otra dificultad (16,7%) es la pérdida de la producción a causa de la enfermedad llamada roya, que se establece debido al uso de variedades susceptibles.

Generalmente las fincas al momento de la compra son poco productivas y se hace necesario invertir recursos en actividades propias del cultivo, especialmente en la siembra de nuevas plantas (renovación de cafetales), para reemplazar plantas de café de variedades susceptibles a la roya y plantas envejecidas poco productivas; lo anterior representa un rubro alto en la estructura de costos del café. No obstante, la gran mayoría de ellos tiene programado en su plan de actividades la renovación de cafetales con café variedad "Castillo", resistente a la roya, e incluso ya iniciaron la renovación de algunos lotes.

Una vez adquirida la finca, cerca de la mitad (53,7%) optan por recursos de crédito, especialmente para la renovación de cafetales o fertilización para mantener la producción. La principal fuente de crédito la representaron las entidades bancarias (95,2%) con casi la totalidad de recursos en la línea de producción en la finca (90,3%). Los créditos de producción fueron conseguidos en un 50,0% a través del programa de renovación de cafetales (Permanencia Sostenibilidad y Futuro-PSF), que promueve el Comité Departamental de Cafeteros de Caldas. El 4,0% realizó créditos para libre inversión y el 5,6% restante maneja otras líneas de crédito (compra de finca, mejoramiento de infraestructura cafetera, compra de ganado o estudio). Si bien muchos de ellos están accediendo al crédito, la principal necesidad es continuar con la renovación de cafetales, para evitar pérdidas de productividad.

3.4 Factores que motivan la decisión de adquirir una finca cafetera y mantenerse en el sector

Teniendo en cuenta que las generaciones de relevo son la población estratégica para el sostenimiento de la actividad cafetera, resulta de especial importancia explicar las motivaciones que tienen los jóvenes caficultores para tomar la decisión de adquirir finca cafetera, así como la forma de adquisición y las fuentes de recursos empleadas. Las decisiones fueron clasificadas como culturales, económicas, institucionales o tecnológicas. Como se observa en el cuadro resumen, en la adquisición de las fincas predominan las razones culturales sobre las económicas.

El arraigo por la caficultura tiene un peso importante en la decisión y hace referencia al hecho de crecer en fincas cafeteras y desde muy pequeños empezar a conocer la tradición del cultivo. Una cuarta parte de los cafeteros jóvenes inicia su actividad empresarial en la caficultura mediante la administración de las fincas de la familia y consideran que tener una finca cafetera es una buena opción para vivir. Consideran importante continuar en el sector bien sea para darle sostenibilidad a las fincas de sus familias y hacerlas más productivas o bien comprando una finca para iniciar su propio negocio, porque consideran que la caficultura es la actividad que saben hacer (les gusta realizar las actividades propias del cultivo, conocen bien los procesos).

Al momento de comprar la finca, las razones de tipo cultural tienen gran peso en la decisión; la finca para los jóvenes tiene dos características: es un proyecto productivo (negocio) y, a su vez, un lugar de vivienda permanente. Razones como estar ubicada cerca de la finca de los padres, estar situada en un lugar preferido por el joven, con particular interés por el paisaje, la ubicación de la vivienda, son consideradas. No son tan importantes las condiciones tecnológicas de las fincas que tienen un peso muy bajo en la decisión (2,5%). Los jóvenes piensan que conocen las condiciones y el potencial productivo de la finca, las actividades propias del cultivo y las prácticas que permiten mejorar las adecuaciones tecnológicas y convertirla en un negocio rentable; en tal sentido prefieren invertir en una finca con condiciones sociales acordes a sus preferencias aunque tecnológicamente requiera mejoramiento.

La siguiente razón en importancia es de tipo económico y se expresa en la percepción de rentabilidad que tienen los jóvenes del negocio cafetero. De un lado buscan estabilidad económica para ellos y sus familias. De otro lado, desean independencia económica. Esta última característica coincide con el perfil emprendedor de los jóvenes, que significa bien sea tener su propio negocio (independencia en el negocio), o no depender económicamente de los padres (independencia de los padres). Otros consideran que invertir en un negocio cafetero es una forma segura de mantener el capital. La intención de invertir en fincas cafeteras es evidente: cerca del 60% de los jóvenes caficultores compraron sus fincas, frente al 25% que la recibió por herencia.

Las razones institucionales están relacionadas con la percepción de la caficultura como un negocio seguro, por el sistema de compra y fijación de precios en las cooperativas de caficultores (garantía de compra), y el apoyo institucional del gremio (programas de apoyo al caficultor).

Aunque sólo el 4,9% de los cafeteros identificó como principal razón para comprar la finca el apoyo institucional ofrecido por el gremio cafetero, cabe resaltar que un porcentaje importante de ellos participa en programas de formación a través del servicio de extensión, vende la cosecha a través de las Cooperativas de Caficultores y participa en programas de crédito (Permanencia Sostenibilidad y Futuro PSF). Este último estaba siendo utilizado por el 26,8% de los cafeteros jóvenes del estudio. Una vez se hacen propietarios de finca, los cafeteros jóvenes aprovechan los programas gremiales disponibles.

Mediante la técnica de análisis de correspondencias se identificaron las divergencias en los diferentes tipos de motivaciones que tuvieron los jóvenes para la adquisición de la finca, asociadas con la escala de producción, representada por el tamaño de los cafetales en hectáreas. En el gráfico siguiente, el primer eje (dimensión 1), que contribuye con el 34,6% de la varianza, representa a los pequeños y medianos productores jóvenes, asociados con motivaciones culturales (tradición cafetera en la familia) y económicas (rentabilidad y estabilidad) para la adquisición de la finca. Como se aprecia, estos grupos compraron la finca principalmente con recursos propios, ya que tienen inconvenientes para el acceso a crédito. En contraste, la segunda dimensión, que recoge el 18,7% de la varianza, representa a los jóvenes productores que adquirieron fincas de más de tres hectáreas sembradas en café, financiándose principalmente con crédito bancario y con préstamos de la familia. En esta dimensión no aparece asociado al tamaño del productor ninguno de los motivos para adquirir la finca, ya que las observaciones son marginales. En resumen, los pequeños productores adquieren la finca principalmente por tradición cafetera en la familia, mientras que los productores de mayor tamaño se guían más por la racionalidad económica.

Para apreciar cómo se distribuyen las observaciones (los caficultores jóvenes) entre las diferentes motivaciones para adquirir la finca, al cruzar esas observaciones con las variables (motivaciones), controlando por el grado de especialización en la producción de café (cat.esp), éstas se concentran en las motivaciones de carácter económico y cultural7 y se distribuyen entre estas dos razones independientemente del tamaño del productor. Las motivaciones culturales y económicas resultan clasificadas como opuestas, sugiriendo diferentes perspectivas entre los jóvenes en cuanto a la decisión de incorporarse al sector cafetero. En ambos tipos de correlaciones, las razones institucionales y tecnológicas aparecen señaladas pero continúan siendo marginales en términos de la decisión de adquirir la finca, por lo que la tradición cafetera familiar se confirma como el motivo fundamental para decidir la inversión. Sobre la baja frecuencia de tecnificación de la finca como motivo determinante para invertir, podría argumentarse que es un factor que puede ser modificado por el productor una vez que adquiere la finca.

Con el propósito de recoger elementos sobre la sostenibilidad de los jóvenes en el sector, se les preguntó por sus planes futuros, encontrando que un alto porcentaje de cafeteros jóvenes tiene proyectado continuar con la actividad cafetera. El 87% manifiesta no estar interesado en vender la finca, incluso un 46,3% quiere en cambio comprar otra finca para aumentar el negocio cafetero. De otro lado, un 4.33% de los cafeteros quiere vender la finca para comprar otra, bien sea más grande, mejor ubicada o más productiva. En los segmentos de menor tamaño (3 ha o menos), es mayor el porcentaje de cafeteros que quieren comprar otra finca. Esta intención de aumentar las áreas en café, se interpreta como búsqueda de mayor estabilidad en el ingreso. La caficultura, para el 94,0% de los jóvenes encuestados, representa la principal oportunidad económica para su futuro, bien sea como única actividad o diversificando con otras actividades productivas como la ganadería, otros cultivos u otras explotaciones pecuarias.

4. Discusión

Es evidente la migración de los jóvenes más educados de las zonas rurales del departamento de Caldas hacia otros lugares, tanto por la tasa de crecimiento poblacional de -1,2% y la tasa de migración neta de -24,3% (Leibovich et al. 2008), como por la escolaridad promedio 7,3 años, que podría ser mucho más alta si la gran cantidad de jóvenes que cursaron grado 9º, 10º y 11º desde el año 1997 (23.931, 5.828 y 3.399 respectivamente) permanecieran en las zonas rurales y se vincularan al sector como propietarios de fincas. La población entre los 15 y los 35 años, en especial la masculina, se viene reduciendo entre los más recientes períodos censales. La población rural masculina entre 20 y 35 años disminuyó a tasas cercanas al 3%, casi tres veces más que la caída en la población total (Leibovich et al. 2008). Esta especie de envejecimiento de la población en las zonas rurales tiene su manifestación en el sector cafetero, donde los productores ya no son jóvenes, pero además tienen baja escolaridad. La edad promedio del caficultor es de 54,5 años, y casi la tercera parte de la población cafetera (el 29,9%) tiene más de 62 años. Apenas el 10,1% de los cafeteros son menores de 35 años. Pero además el 11% de los cafeteros del departamento no han recibido educación8; el 55% tiene primaria incompleta; el 21% primaria completa; el 4% tiene pos primaria incompleta; el 2% pos primaria completa; el 6% terminó la educación media; el 0,3% realizó estudios técnicos o tecnológicos, y sólo el 0,9% tiene estudios universitarios (FNC 2011b).

Como lo muestra este trabajo, muchos cafeteros compran predios o se independizan a temprana edad (95% menores de 26 años). Por lo tanto, promover oportunidades para los jóvenes en el sector cafetero permitirá que, paralelamente a su formación, establezcan negocios agrícolas cafeteros y una vez terminen sus estudios encuentren oportunidades en el sector. El 10,8% de los jóvenes propietarios estaban cursando programas de educación formal.

Las características tecnológicas de las fincas junto con la mayor escolaridad pueden contribuir a que estos productores obtengan también niveles de ingreso superiores a la generación precedente. Los jóvenes al comprar la finca invierten para tecnificar e incrementar la productividad, labores que representan un alto porcentaje en la estructura de costos.

Comienza a reflejarse el interés de los cafeteros jóvenes por participar en programas de certificación de café especial. El 16,5% de ellos está certificado o en proceso y un alto porcentaje (47,8%) manifiesta su interés en incorporarse en este tipo de programas para vender su café con valor agregado. La certificación en muchos casos requiere la inversión en infraestructura y mejoramiento social, ambiental y productivo, que necesita otras fuentes de financiación diferentes a la finca. Por tanto, es importante vincular a los jóvenes a programas dirigidos hacia este objetivo.

El interés de los jóvenes en la compra de fincas para aumentar su área productiva, siendo más alta en cafeteros con predios menores a tres hectáreas, refleja la necesidad de buscar unidades productivas más grandes que generen los ingresos suficientes y estabilicen el ingreso. Estudios anteriores de García y Ramírez (s.f.) mostraron que el tamaño de la unidad productiva está relacionado con la satisfacción de necesidades.

Incorporando cada año a un total de 700 jóvenes caldenses como propietarios de finca, con una unidad mínima de tres hectáreas, se lograría en 5 años que los jóvenes aporten un 27,9% del área cafetera renovada del departamento y un 4,3% de caficultores jóvenes. Esta cifra (3.500 jóvenes en 5 años) representa el relevo del 31,0% de la población en edad de retiro.

Existe una brecha entre los programas de relevo generacional y la lógica empresarial de los jóvenes, pues como marca el estudio, la tendencia de los jóvenes no es hacia programas asociativos sino hacia proyectos individuales que respondan a su búsqueda de independencia. De otro lado, los programas están estructurados con variables económicas (condiciones tecnológicas de las fincas) y no correlacionan con las variables culturales (valorización de intangibles) que son las que más peso tienen en la decisión de los jóvenes. Las principales razones que tiene en cuenta el joven para seleccionar un predio deben hacer parte de los criterios de selección de fincas. Los estudios relacionados con la compra de finca muestran que la adquisición de tierras en pequeños productores no está determinada por factores económicos o maximización de utilidades, sino por factores sociales o de satisfacción de necesidades.

De la mano con factores sociales como criterios para la compra de la finca, los programas de acceso a crédito y factores de producción, pueden tener impacto en la sostenibilidad de la estrategia. Incorporar a los jóvenes al sector permitirá mejorar la productividad de la caficultura, dado el mayor nivel de escolaridad de este grupo poblacional lo que se relaciona con un mayor nivel de adopción tecnológica.

5. Recomendaciones para el diseño de programas de relevo generacional

Considerando la importancia estratégica que le concede el sector cafetero a las generaciones de relevo en la caficultura, se enuncian a continuación algunos elementos que pueden contribuir al diseño o ajuste de los programas dirigidos a incentivar la población joven en la caficultura:

(i) Incorporación de mecanismos para que los jóvenes participen en la selección de los predios e incorporar aspectos sociales (cercanía a fincas de familiares, ubicación del predio, características de la vivienda) en los criterios de selección de los predios, considerando el gran peso que tienen en la decisión de compra y su mayor relevancia frente a las condiciones tecnológicas de las fincas.

(ii) Generar mecanismos que proporcionen al joven el control sobre la tierra y sobre la inversión, es decir donde puedan tomar decisiones administrativas y gerenciales, reconociendo su intención de ser económicamente independientes y autónomos. La pretensión de los jóvenes al adquirir la finca es tener independencia económica en el negocio.

(iii) Desarrollar programas orientados a proyectos productivos individuales, con una unidad productiva que proporcione los ingresos suficientes y estabilidad económica al joven. Como muestra el estudio, por su parte los jóvenes se orientan hacia proyectos individuales y de otro lado las unidades menores de 3 hectáreas no generan los recursos suficientes para hacerlos independientes.

iv) Generación de estrategias para incrementar el área promedio de la unidad cafetera de jóvenes propietarios, buscando que sus unidades de producción puedan incorporar un manejo de tipo empresarial y que las producciones constituyan una fuente importante de ingresos. Un mayor tamaño de la unidad productiva está relacionado con la satisfacción de necesidades.

(v) Incorporar en los programas herramientas para que los jóvenes interesados en comprar una finca, estudien la rentabilidad de dicha inversión de acuerdo a las condiciones particulares del predio, ya que una de las razones principales que motiva la compra es la búsqueda de rentabilidad económica. Además los jóvenes han demostrado adopción de tecnologías, lo que permite incrementar la productividad de los predios cuando son administrados con criterios técnicos y por personas más educadas.

(vi) Flexibilización de los requisitos para el acceso a créditos para compra de finca enfocados en el aumento de propietarios jóvenes, de manera que los jóvenes educados y preparados para la caficultura puedan acceder a ellos. Muchos de los jóvenes necesitan vender la mano de obra para conseguir ahorros que les permitan hacerse propietarios o contar con los ahorros de sus padres o familiares. Además es evidente que muchos jóvenes educados están emigrando de las regiones cafeteras (tasa de crecimiento poblacional -1,2% y tasa de migración neta -24,3% (Leibovich et al. 2008).

(vii) Incorporación de alternativas para que los jóvenes participantes en los programas de relevo generacional puedan iniciar o continuar sus estudios. Por lo menos un 10% de los cafeteros jóvenes combinan el estudio con la administración de la finca.

(viii) Inclusión de los jóvenes cafeteros como un grupo objetivo de las políticas de capacitación en el manejo de la finca, facilitando su acceso a la formación en competencias en café, manejo de registros y manejo del cultivo; potenciando así sus ventajas en escolaridad con respecto al promedio de los propietarios cafeteros. Vincular a los jóvenes en los programas de certificación de café especial con apoyo para mejorar las prácticas agrícolas, ambientales, sociales y de infraestructura necesarias.

(ix) Aprovechamiento de los procesos de cedulación cafetera realizados por el gremio para la recolección y sistematización de información sobre la población de jóvenes cafeteros en el departamento, de manera que se disponga de datos históricos sobre su vinculación al sector y características de la población, para la formulación o ajuste de los programas.

(x) Indagar las perspectivas de los jóvenes que están emigrando del sector con el fin de construir propuestas que atiendan sus referentes de bienestar en las zonas rurales (vivienda, educación, telecomunicaciones, internet, programas de formación, educación y acceso a la banca), y de esta manera contribuir al desarrollo de su proyecto de vida en la zona rural.

(xi) Continuar estudiando el relevo generacional para ofrecer alternativas tanto a los jóvenes como a los adultos. Gran parte de la población es mayor de 60 años y no tiene pensión, lo cual limita la intención de ser parte de un programa de relevo generacional.

(xii) Estudiar el impacto del relevo generacional en las organizaciones comunitarias: Comités Municipales de Cafeteros y Juntas de Acción Comunal.

Citas de pie de página

1. Los cafeteros adquieren la cédula cafetera como un instrumento que los identifica y les permite participar en las elecciones cafeteras, donde eligen los representantes a las diferentes instancias de la Federación. Para adquirir la cédula cafetera debe ser cultivador permanente de un predio con un área sembrada igual o superior a 0,5 hectáreas y con, al menos, 1.500 árboles sembrados (FNC 2011b). Cabe anotar que no todos los cafeteros registrados en el SICA (Sistema de Información Cafetera) están cedulados.

2. Existen diversas definiciones de lo juvenil desde lo biológico, sociológico, psicológico, fenomenológico, social, cultural, económico e institucional. La institucionalidad cafetera considera como marco cronológico de un productor joven la edad entre los 18 y 35 años, población hacia la cual se dirigen los programas de relevo generacional.

3. Normas de Competencia definidas por la "Mesa Sectorial del Café" certificadas a través del Sistema Nacional de Formación para el trabajo-SNFT del Servicio Nacional del Aprendizaje (SENA).

4. Se encontraron referencias relacionadas con las decisiones de inversión en estudios realizados en Brasil, Guatemala, Estados Unidos, Ghana, Asia, India, África, Suiza, Alemania. Para el caso colombiano, dos documentos sobre estudios relacionados: García y Ramírez (s.f) y Schuh, Flórez y Grajeda (2010).

5. Información del CDCC obtenida del empalme de las bases de datos del SISBEN (Sistema de Identificación y Clasificación de potenciales beneficiarios de los programas sociales) y del SICA (Sistema de Información Cafetera). Con datos de edad y escolaridad para 23.568 caficultores; el 30% corresponde a cafeteros de 62 años o más.

6. "PSF-Permanencia Sostenibilidad y Futuro" es un programa de crédito para reconversión (renovación con la variedad "Castillo" resistente a la enfermedad "roya" Hemileia vastatrix).

7. Como se presenta en el gráfico, cada una de estas categorías tiene la mayor contribución a la varianza total, con el 24% cada una.

8. Información del CDCC obtenida del empalme de las bases de datos del SISBEN (Sistema de Identificación y Clasificación de potenciales beneficiarios de los programas sociales) y del SICA (Sistema de Información Cafetera). Con datos de edad y escolaridad para 23.568 caficultores.


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