Pobreza, medios de vida y seguridad alimentaria. El caso de los municipios de Aguadas y Palestina, Caldas, Colombia1

Poverty, Livelihoods and Food Security. The Case of the Municipalities of Aguadas and Palestina, Caldas, Colombia

Pobreza, meios de vida e segurança alimentar. O caso dos municípios de Aguadas e Palestina, Caldas, Colômbia

Isaías Tobasura Acuña
Docente Universidad de Caldas, Manizales-Colombia
isaias.tobasura@ucaldas.edu.co

Marcela Patiño Murillo
Docente Universidad de Caldas, Manizales-Colombia
marcela.patino@ucaldas.edu.co

Freddy Alexander Salinas
Estudiante maestría en Sociedades Rurales, Universidad de Caldas, Manizales-Colombia
jsalico@yahoo.com

Recibido: 22.11.12
Aprobado: 07.05.13

1 Proyecto vulnerabilidad alimentaria y pobreza rural en dos municipios del departamento de Caldas, financiado por la Vicerrectoria de Investigaciones y Postgrados de la Universidad de Caldas y ejecutado en los años 2011 y 2012.


Resumen

La pobreza y la seguridad alimentaria son fenómenos sociales estrechamente relacionados. En el caso de la población rural, una expresión de la pobreza es la inseguridad alimentaria. La focalización de políticas y programas para reducirla han utilizado los indicadores convencionales de pobreza (LP, NBI). En este trabajo se propone el marco de Medios de Vida (MV) como herramienta para explicar la pobreza y diseñar políticas y programas que faciliten el logro alimentario de los hogares rurales. El estudio concluye que en estos contextos, además de los indicadores convencionales, es necesario considerar el índice de ruralidad de las poblaciones, la diversidad de estrategias de los hogares, la dotación de activos, el contexto de vulnerabilidad y las estructuras y procesos.

Palabras clave: Pobreza Rural, Medios de Vida, Seguridad Alimentaria, Palestina y Aguadas.


Abstract

Poverty and food security are closely related social phenomena. In the case of rural population, an expression of poverty is food insecurity. The focus on policies and programs to reduce it has been using conventional poverty indexes (LP, NBI). In this paper, we propose the framework of livelihoods, as a tool to explain poverty and design policies and programs to facilitate the food achievement in rural households. The paper concludes that within those contexts, in addition to conventional indexes, it is necessary to consider the rurality index of populations, diversity household strategies, access to assets, vulnerability context and the structures and processes related to them.

Keywords: Rural Poverty, Livelihoods, Food Security, Palestina and Aguadas.


Resumo

A pobreza e a segurança alimentar são fenômenos sociais fortemente relacionados. Uma das expressões da pobreza é a insegurança alimentar. A focalização de políticas e programas para reduzi-la utilizaram os indicadores convencionais de pobreza (LP, NBI). Neste trabalho, propõe-se o marco de Meios de Vida (MV), como ferramenta para explicar a pobreza e desenhar políticas e programas para facilitar o logro alimentar dos lares rurais. O trabalho conclui que nestes contextos, além dos indicadores convencionais, é necessário considerar o índice de ruralidade das populações, a diversidade de estratégias dos lares, a dotação de ativos, o contexto de vulnerabilidade e as estruturas e processos.

Palavras-chave: Pobreza Rural, Meios de Vida, Segurança Alimentar, Palestina e Aguadas.


Introducción

El incremento de la pobreza y la inseguridad alimentaria son fenómenos sociales que han preocupado a gobiernos, diseñadores de políticas, académicos y sociedad en general. En el caso de la población rural, una expresión de la pobreza es la inseguridad alimentaria. Aunque existe estrecha relación entre pobreza y seguridad alimentaria, son escasos los estudios que permitan desentrañar la interacción entre estos dos conceptos, tanto en el plano teórico como en el empírico. La situación es aún más preocupante dado que las nociones y métodos para estimar la pobreza han enfatizado en los ingresos (Línea de Pobreza - LP), y el acceso y consumo de ciertos bienes y servicios (Necesidades Básicas Insatisfechas - NBI). Incluso, se han universalizado indicadores basados en los ingresos para poblaciones rurales y poco articuladas al mercado, donde las entradas monetarias no son los activos más importantes de las familias ni son los más fáciles de estimar. Por su parte y relacionado con lo anterior, se ha enfatizado en un concepto de seguridad alimentaria enfocado en la capacidad (económica) que tienen las familias y grupos sociales para acceder a una canasta básica de alimentos.

En vista de lo anterior, este trabajo busca encontrar las interacciones entre estas nociones a partir de la utilización del marco de Medios de Vida y el concepto de seguridad alimentaria en hogares rurales de los municipios de Palestina y Aguadas en el Departamento de Caldas. En este contexto, el marco de Medios de Vida (MV, en adelante), incluye los activos que los hogares tienen a su disposición para satisfacer sus diversas necesidades, el contexto de vulnerabilidad, las estructuras y los procesos, las estrategias de vida y los logros. En esta perspectiva, se aborda el concepto de pobreza de manera holística, superando la idea de que el ingreso es el factor determinante de la condición de pobreza y, lo más importante, se analiza la situación de los hogares desde sus dotaciones y no desde sus carencias.

Para dar cuenta de estas interacciones, el estudio propuso los siguientes objetivos: construir índices de MV a partir del enfoque de las dotaciones de los capitales humano, natural, social, económico y físico, identificar situaciones de riesgo que generan vulnerabilidad alimentaria, reconocer las estructuras y procesos a diferentes escalas, determinar las estrategias de vida para enfrentar situaciones de riesgo alimentario y analizar las posibilidades de logro de la seguridad alimentaria, a partir de los MV y de las estrategias de vida de los hogares rurales en los municipios de Aguadas y Palestina.

Los resultados del trabajo permitieron tener una comprensión multidimensional, compleja y dinámica de la dotación de activos, el contexto de vulnerabilidad alimentaria y las estrategias utilizadas para enfrentar situaciones de riesgo alimentario, con el fin de dar elementos teóricos y empíricos para el diseño de políticas sociales tendientes a la superación de la pobreza y garantizar la seguridad alimentaria de la población rural. Se trató en esencia de estimar la vulnerabilidad social frente a riesgos y amenazas del entorno, especialmente en lo referente a garantizar el logro de la soberanía alimentaria y, de esa manera, contribuir al mejoramiento de la calidad de vida de la población rural.

1. Marco conceptual y teórico

El marco conceptual y teórico se estructura alrededor del enfoque de Medios de Vida y de los conceptos de seguridad alimentaria y pobreza. A continuación se presenta una síntesis de dichos enfoques y conceptos:

1.1 Enfoque Medios de Vida

El enfoque de MV surge a mediados de los años 1980, pero su aplicación se presenta a comienzos de 1990 (Chambers y Conway 1991). A partir de esta época muchas agencias de desarrollo han adoptado en sus trabajos este planteamiento, siendo el Departamento para el Desarrollo Internacional DFID (por sus siglas en inglés) una de las instituciones que más ha aportado en su implementación y desarrollo metodológico (Clark y Carney 2008).

El enfoque de MV se caracteriza por estar centrado en la gente, ser holístico y dinámico, construir sobre fortalezas, relacionar niveles macro y micro; y procurar la sostenibilidad. Puede ser aplicado a diferentes escalas de análisis: individuos, hogares, comunidades, regiones o naciones, lo cual permite reconocer las interacciones a diferentes niveles en términos de los efectos positivos o negativos de los medios de vida (Scoones 2005, 5). El enfoque tiene un marco de análisis que incluye: el contexto de vulnerabilidad, los activos, la transformación de estructuras y procesos, las estrategias y los logros (Figura 1). Cada uno de estos componentes es definido a continuación a partir de DFID (1999).

El contexto de vulnerabilidad comprende fundamentalmente tendencias, choques y estacionalidades, que afectan los MV y la disponibilidad de activos, debido a que la gente tiene escaso o ningún control sobre ellos. Estos factores, por lo general, inciden en la cantidad y calidad de los MV, inhibiendo o potenciando las condiciones y las capacidades que tienen las personas y los grupos sociales para alcanzar logros de vida.

Otro elemento del marco de MV son los activos. El enfoque busca obtener un entendimiento preciso y realista de la dotación de bienes de las personas/hogares, dado que éstas requieren una serie de activos o medios para obtener logros de vida. Estos activos son los denominados capitales: humano, social, natural, físico y financiero (Cuadro 1).

El enfoque de MV procura por la sustentabilidad y, en consecuencia, sugiere que el marco de análisis incluya el tiempo para la identificación de la misma (DFID, 1999), dado que existen diferencias entre la evaluación del bienestar actual y la capacidad para mantenerse a lo largo del tiempo. La sustentabilidad de los niveles de bienestar dependen de saber si los stock de capitales se transmiten o no a las generaciones futuras (Stiglitz et al. 2008).

Por su parte, las estructuras y procesos, en el enfoque de MV, tratan de las instituciones, organizaciones, políticas y legislación que determinan los medios de vida. Las estructuras hacen referencia a las instituciones tanto públicas como privadas que fijan e implementan las políticas y la legislación, y los procesos son la forma en que las estructuras operan e interactúan. Ambos elementos pueden existir y funcionar en los niveles local, nacional o internacional.

En este enfoque, las estrategias se refieren a la gama y combinación de actividades y decisiones que las personas realizan/toman para lograr sus objetivos en materia de sus MV; incluye actividades productivas, decisiones de inversión, medidas reproductivas, etc.. El acceso a diferentes niveles y combinación de activos es probablemente lo que más influye en la elección de una estrategia de vida particular. Sin embargo, las estrategias de vida han mostrado tener una enorme diversidad, dentro de iguales áreas geográficas, en diferentes sectores productivos, dentro de los mismos productores y a través del tiempo. Evidencias de la variedad de estrategias de vida de pobladores rurales en Latinoamérica pueden encontrarse en diversos estudios (Ramos 2003; Abruzzese, Stoian y Somarriba 2005; Allub y Guzmán 2000). El análisis de las estrategias de vida como mecanismo de supervivencia de los hogares rurales de países en desarrollo ha logrado reconocer que la agricultura, aunque sigue teniendo una gran importancia, pierde cada vez más su capacidad de proporcionar suficientes medios de supervivencia en las zonas rurales (Ellis 1999).

Por último, dentro del marco de los MV están los logros de vida; estos son el resultado de las estrategias de vida. Reconocerlos puede ayudar a comprender las prioridades de las personas en cuanto al porqué hacen las cosas y dónde están sus mayores obstáculos. Los logros en cuanto a MV tienen categorías, las cuales pueden o no ser relevantes según las situaciones. Entre ellas están: Mayores ingresos, incremento del bienestar, reducción de la vulnerabilidad, mejoramiento de la seguridad alimentaria y mayor sustentabilidad.

1.2 Seguridad alimentaria

De acuerdo con lo señalado en la Cumbre Mundial de la Alimentación (FAO 1996), existe seguridad alimentaria cuando toda la población, en todo momento, tiene acceso físico, social y económico a alimentos seguros y nutritivos que satisfacen sus necesidades dietéticas y preferencias alimentarias, para llevar una vida activa y saludable.

En Colombia, la Política Nacional de Seguridad Alimentaria y Nutricional -PSAN de 2007 define la seguridad alimentaria y nutricional como "la disponibilidad suficiente y estable de alimentos, el acceso y el consumo oportuno y permanente de los mismos en cantidad, calidad e inocuidad por todas las personas, en condiciones que permitan su adecuada utilización biológica, para llevar una vida saludable y activa" (DNP 2007, 3).

Actualmente se reconoce que la disponibilidad de alimentos no es garantía del acceso a los mismos. Algunos estudios evidencian disponibilidad suficiente de alimentos relacionada con altos niveles de subnutrición y desnutrición infantil, como consecuencia de una alta desigualdad en el acceso a los alimentos, explicada por los bajos ingresos, que se traduce en un bajo poder de compra de alimentos en el mercado. Esta situación es particularmente notoria en Colombia (Martínez 2005).

Otros autores, como Windfuhr y Jonsén (2005), sostienen que en el tema de la seguridad alimentaria, la capacidad de acceder a los alimentos se relaciona estrechamente con el derecho a la alimentación, en el cual el acceso económico es mucho más que el poder adquisitivo para comprar alimentos, tiene que ver con el acceso a recursos o activos para alimentarse: tierra, semillas y razas de animales, agua y recursos pesqueros, capital básico y crédito, destrezas, etc., que son necesarios para producir alimentos o para obtener un ingreso con dignidad.

Además de la disponibilidad y el acceso, la definición de seguridad alimentaria incluye la estabilidad, característica que puede verse afectada por factores de riesgo como presencia de plagas y enfermedades, catástrofes naturales, inestabilidad de precios y disturbios sociales y políticos, entre otros, que constituyen el contexto de vulnerabilidad del enfoque de Medios de Vida.

Dentro de la definición de seguridad alimentaria el consumo oportuno y permanente de los alimentos en cantidad, calidad e inocuidad está relacionado con elementos como la cultura de las personas, las familias o las comunidades y los servicios públicos (educación, salud y saneamiento básico). Este punto es importante porque reconoce que aún si los problemas económicos y de acceso a recursos se solucionan, la cultura y los hábitos de las personas pueden generar riesgos de inseguridad alimentaria y nutricional (DNP 2007, 4).

1.3 Vulnerabilidad alimentaria

La vulnerabilidad alimentaria refleja la probabilidad de que se produzca una disminución aguda del acceso a alimentos, o a su consumo, con relación a un valor crítico que define niveles mínimos para el bienestar humano (PMA 2009). Actualmente los acontecimientos globales de los ámbitos económico, social y medioambiental están teniendo consecuencias que aumentan los riesgos de inseguridad alimentaria y nutricional y se convierten en nuevos desafíos para los tomadores de decisiones. En la Figura 2 se resumen algunos efectos relacionados con el cambio climático, el incremento de precios de los alimentos y la crisis financiera en Latinoamérica que conducen a una mayor vulnerabilidad alimentaria y nutricional (Martínez et al. 2009).

1.4 Pobreza, Seguridad alimentaria y Medios de Vida

Según el Banco Mundial (2005, 8) existen tres aproximaciones conceptuales para definir la pobreza: 1) mirada convencional de la posesión de bienes o ingresos, donde los pobres son aquellos que no tienen suficiente ingreso o consumo que los ubique en un nivel mínimo adecuado; concibe la pobreza en términos monetarios; 2) relaciona la pobreza con la carencia de algún tipo específico de bien o servicio necesario para el bienestar; así, alguien puede ser pobre de casa, pobre de comida o pobre de salud; y 3) concibe la pobreza como un fenómeno multidimensional, enfocando el bienestar hacia las "capacidades" de los individuos para desempeñarse dentro de la sociedad. En este enfoque el pobre puede carecer de capacidades claves, puede tener inadecuado ingreso o educación, o puede carecer de salud, de poder o de libertades.

En Colombia han existido mediciones que relacionan las diferentes aproximaciones conceptuales de la pobreza (Cuadro 2), como la Línea de Pobreza (LP), que considera los ingresos, y los índices de Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI) y de Condiciones de Vida (ICV) que consideran la mirada multidimensional de la pobreza (PNUD 2005). Actualmente el Departamento Nacional de Planeación (DPN) presentó en el país -como innovación en la medición de pobreza- el Índice de Pobreza Multidimensional (IPM) que comprende varias dimensiones de la calidad de vida de los hogares (Fedesarrollo 2012).

Para construir realmente un panorama comprensivo de lo que es la pobreza es preciso abordar su multidimensionalidad, porque detrás de las mediciones "objetivas" utilizadas en los estudios convencionales están las personas, sus derechos, necesidades, percepciones, sentimientos y sufrimientos, y la manera como estos elementos se determinan en una interacción compleja entre individuo, instituciones y sociedad (Lampis 2007, 42).

Aunque en el país existen los enfoques de medición multidimensional de la pobreza, tradicionalmente los índices de pobreza se han construido relacionados con el valor de la canasta básica de alimentos. Los pasos que se han seguido en la construcción de estos índices establecen la línea de pobreza y pobreza extrema a partir del valor de la canasta de alimentos que cubre los requerimientos calóricos establecidos por la FAO y la OMS (Fedesarrollo 2011, 6); de tal forma se evidencia la relación entre hambre y pobreza.

Pese a lo anterior, la relación entre hambre y pobreza no siempre puede establecerse, "en América Latina la inseguridad alimentaria y el hambre están estrechamente asociados a la pobreza extrema pero no se confunden con ella, ya que una alimentación insuficiente para el desarrollo de una vida normal afecta no sólo a quienes viven en condiciones de extrema pobreza sino a estratos más amplios y a grupos que residen en determinadas zonas o regiones en cada país" (León et al. 2004, 7).

El enfoque de MV del apartado 1, por ser holístico (reconocer variados activos y múltiples influencias y actores, identificar variadas estrategias y variados logros de vida), es una herramienta de análisis que ofrece amplias posibilidades para comprender la pobreza como un fenómeno multidimensional y establecer las relaciones de ésta con la inseguridad y vulnerabilidad alimentaria a escalas locales, regionales, nacionales.

2. Metodología

La investigación se realizó en los municipios de Palestina y Aguadas, los cuales fueron escogidos debido a que, pese a estar ubicados geográficamente dentro del departamento de Caldas, se caracterizan por tener diferencias en aspectos como: 1) línea de pobreza; 2) diversificación de los sistemas de producción agropecuaria; 3) Índices de ruralidad IR2. Palestina está ubicado en la región centro sur del departamento de Caldas a 27 km por carretera de Manizales, con una extensión de 116.85 km2 (Gobernación de Caldas s.f. a) y una población de 17.130 habitantes (DANE 2010a). Aguadas se encuentra ubicado al noroccidente del departamento a 126 km por carretera de la ciudad de Manizales, con una extensión de 482 km2 (Gobernación de Caldas s.f. b) y una población aproximada al año 2010 de 23.165 habitantes (DANE 2010b) (Figura 3).

2.1 Herramientas metodológicas

El enfoque de MV como marco de análisis para el estudio, con sus componentes: activos, contexto de vulnerabilidad, estructuras/procesos, estrategias y logros, sugiere la utilización de diversas herramientas metodológicas (DFID 2000). Las herramientas en este trabajo se sintetizan en el Cuadro 3.

En vista de que el enfoque de MV permite fijar la escala de análisis a diferentes niveles, entre estos los hogares, la población objeto de la investigación la constituyeron los hogares rurales que en 2005 se estimaban en 3.031 en Palestina y 3.265 en Aguadas (DANE 2005b y 2005c). Dadas las características exploratorias de la investigación, se aplicó una encuesta a 82 hogares en Palestina y a 89 en Aguadas. Los índices de MV se diseñaron con base en la información de la encuesta, que indagó aspectos relacionados con los capitales (activos) humano, social, económico, natural y físico, y además, sobre aspectos de seguridad alimentaria.

Con base en la información de la encuesta, con el software Microsoft Excel se sistematizó la información de los MV de los hogares. Se definieron indicadores y con base en ellos, se estableció el índice de MV para cada uno de los hogares y cada municipio. Con la información de las entrevistas y la revisión de información secundaria, se realizó la identificación del riesgo alimentario para la población rural de los municipios. Posteriormente, se procedió a identificar las estrategias de MV orientadas a enfrentar situaciones de riesgo alimentario, definiendo la prioridad de las estrategias según su frecuencia.

Otra herramienta utilizada fue la entrevista, que se orientó a recolectar información relacionada con estructuras y procesos (políticas, planes, programas o proyectos) relacionados con la seguridad alimentaria, el abastecimiento alimentario, los alimentos que se producen en el municipio y los que se importan, la respuesta de los hogares ante la escasez de alimentos, y la manera como suplen sus necesidades alimentarias y las situaciones y factores que generan riesgo alimentario.

De acuerdo con las variables identificadas en relación con los factores de riesgo alimentario, las estructura y procesos, y las estrategias y los MV, se realizó el análisis, buscando entender la manera como los hogares toman decisiones para responder a su requerimiento alimentario en un contexto específico.

3. Resultados y discusión

Las mediciones convencionales de la pobreza en el departamento de Caldas, aunque no pueden ser comparables por las fuentes de donde se originan (Velásquez 2011), muestran que la Región Centro Sur -donde se ubica el municipio de Palestina- presenta condiciones de menor prevalencia de la pobreza que la Región Norte, donde se ubica el municipio de Aguadas. Esta tendencia es evidente en todas las mediciones, como se observa en el Cuadro 4. Según lo anterior, y dado que existe una relación estrecha entre pobreza e inseguridad alimentaria, se presume que el municipio de Aguadas tendría mayores problemas de seguridad alimentaria.

Estos métodos basados en un modelo de ingreso-consumo presentan limitaciones en el análisis de la pobreza, en la medida en que tienen en cuenta el acceso al ingreso, pero desconocen capacidades básicas que tienen los individuos y las familias para resolver sus "necesidades físicas, emocionales y sociales y para alcanzar objetivos de participación en la vida de las comunidades e influir en la toma de decisiones" (Suárez 2008, 112). Amartya Sen (2000, 114), lo pone en evidencia en sus trabajos sobre la pobreza, en los cuales afirma que la pobreza debe concebirse como la privación de capacidades básicas y no solamente como la falta de ingresos, que es el criterio habitual con el que se identifica. De manera que el logro de bienestar de las familias no está garantizado solo por el acceso a bienes materiales, sino por sus capacidades para el ejercicio de sus derechos y expresión de su libertad.

Lo anterior es aún más cierto en el caso de poblaciones rurales poco integradas al mercado, donde el ingreso es un medio para el acceso a bienes, pero pueden ser más importantes el acceso a la tierra, el crédito, la asistencia técnica, las semillas, la educación y los bienes públicos, elementos que les permiten la construcción de medios de vida sostenibles.

Estos indicadores, si bien han aportado información que ha sido retomada en el proceso de intervención para la reducción de la pobreza, por el hecho de enfocarse sólo en las necesidades y las carencias, han llevado a que las políticas no consideren aspectos y potencialidades (activos, capacidades, estrategias, etc.) que tienen las poblaciones y los hogares para mejorar sus condiciones de vida. En consecuencia, en esta investigación se incluyen metodologías que permiten abordar de manera integral el fenómeno de la pobreza y de la seguridad alimentaria, de manera que se puedan identificar los factores que inciden en los mecanismos que desarrollan los hogares rurales para resolver sus necesidades, entre ellas las alimentarias, a partir de la movilización de los activos que poseen y de las oportunidades que les brinda el entorno (institucional, social y natural) en el que se desenvuelven.

3.1 Índices de Medios de Vida

En la búsqueda de mejores enfoques y metodologías se ha trabajado con el enfoque de MV como una alternativa para determinar los activos de las familias y las estrategias que ellas utilizan para enfrentar situaciones de riesgo que generan vulnerabilidad alimentaria. A continuación se presentan los principales hallazgos de este trabajo.

En el caso del municipio de Palestina, se calculó el índice único de MV a partir de la sumatoria de cada uno de los índices compuestos de cada capital, los cuales fueron calculados a partir del promedio de los 82 hogares encuestados, dando como resultado un índice único de 9,9, valor que muestra la relación de los capitales para el municipio (Cuadro 5). En general, ninguno de los capitales supera el punto medio 3. De esta afirmación se obtiene que el capital físico y el natural son los más elevados, mientras que el social, el económico y el humano son los más bajos (Figura 4).

En lo que respecta al municipio de Aguadas, al realizar el mismo procedimiento anterior el índice único fue de 9,4. Los índices compuestos guardaron un mismo patrón de distribución de capitales si se compara con el municipio de Palestina (Cuadro 5), sin embargo, los valores son aún más bajos que en éste. Dichos valores no superan 2,8, siendo el capital físico el más alto, seguido del capital natural con 2,6 y el económico con un índice de 2,3. Por otro lado, los más bajos son el capital humano y social con un índice de 1,7 (Figura 4).

Debido a la naturaleza de esta investigación en la que se usaron datos obtenidos en un corte del tiempo, los análisis no permiten inferir sobre la sostenibilidad o permanencia en el tiempo que puedan presentar estos capitales en ambos municipios. En todo caso, los capitales que perduran en el tiempo y no se gastan con su uso y, en consecuencia, garantizan el uso adecuado de los capitales natural, físico y financiero, son los capitales humano y social.

De acuerdo con los índices calculados, y teniendo en cuenta el valor máximo de la sumatoria (25) y su valor mínimo (5), se establecieron tres grupos de hogares en los municipios (Cuadro 6).

El grupo I incluye los hogares con promedio alto de los capitales entre 19 y 25, lo que indica que hay una dotación de activos o medios de vida que permite la satisfacción de necesidades, dentro de las que se pueden ubicar las alimentarias. Se destaca el hecho de que ninguna de las familias estudiadas en los dos municipios se sitúa en este grupo (Figura 5), lo cual pone en evidencia que en general el conjunto de hogares posee algún tipo de limitación para resolver sus necesidades.

El grupo II con promedio de índices de MV medio entre 12 y 18,9, pone de manifiesto una limitación en el acceso a algún o algunos recursos o activos, ya sea de índole económica, social, física, humana o natural. Dicha limitación hace que exista cierto grado de dificultad para enfrentar y mitigar el riesgo del entorno y resolver necesidades alimentarias. A este grupo pertenece 13% (11 hogares) en Palestina y 11% (10 hogares) en Aguadas (Figura 5).

El grupo III incluye hogares con promedio de índices de MV bajo, entre 5 y 11,9, con relación a la dotación de activos. Este grupo es el más representativo para los dos municipios, ya que 90% (74 hogares) en Palestina y el 96% (75 hogares) en Aguadas pertenece a esta categoría (Figura 5). Es, sin duda, el grupo con mayores limitaciones en dotación de recursos y por tanto con mayor dificultad para resolver sus necesidades y enfrentar los riesgos alimentarios.

Con base en esta agrupación de los hogares, de acuerdo a su índice único de MV, se presenta la dotación de activos de cada uno de los grupos en los municipios estudiados, así:

En el caso de Palestina, el grupo II presenta una mejor dotación en lo que respecta al capital físico (4), reflejado en mejores condiciones en servicios públicos, vías de acceso al predio, instalaciones productivas, medios de transporte, materiales de construcción de las viviendas. Igualmente, sobresale el capital económico (3,4) reflejado en buenas posibilidades de ingreso, crédito ahorro, mientras tanto los índices de capital humano y social (2,7 y 2,3) son los más deficientes debido al bajo grado de escolaridad y escasa capacitación de las personas, al igual que la escasa relación con empresas, instituciones y grupos comunitarios (Figura 5). En el grupo III, considerado con índice bajo, se presentan dotaciones insuficientes en capital social (1,9), económico (2,1) y humano (2,2). El capital físico (2,9) y el natural (2,7) se encuentran con mayor índice; sin embargo, no alcanzan a superar un nivel medio de 3 (Figura 5).

En Aguadas el grupo II (Figura 5), la mejor dotación se encuentra en el capital económico (3,7), producto de los ingresos agropecuarios, pues todos los hogares derivan sus ingresos de sus sistemas de producción, tienen acceso al crédito (70% ha recibido crédito en el último año y 80% considera que puede acceder a éste), y 60 % tiene capacidad de ahorro. Le sigue el capital natural (con 3,7) y el capital físico (con 3,6). En el primero, 60% de los hogares posee nacimientos de agua de buena calidad dentro de su perímetro o muy cerca de éste, 70% tiene algún relicto de bosque en sus predios y 80% posee dos o más sistemas de producción agropecuaria. En este nivel, se tiene acceso adecuado a servicios públicos básicos, las viviendas están construidas con materiales resistentes, poseen buena disponibilidad de agua y la calidad de ésta para el consumo; además poseen algún tipo de infraestructura productiva.

Los puntajes bajos están dados por los capitales social (2,2) y humano (2,3), debido al bajo grado de escolaridad y escasa capacitación y precario estado de salud de las familias, aunque tiene cobertura en salud de 100% del régimen subsidiado y más de 50% de mano de obra familiar, pero escasa relación con empresas, instituciones y baja cohesión social interna en relaciones vecinales y participación en grupos comunitarios y asociativos.

El grupo III, en Aguadas, presenta una distribución de índices de capital baja, pues ninguno alcanza el nivel medio (3) (Figura 5). Los capitales social (1,7) y humano (2,9) son los más bajos especialmente por el reducido grado de escolaridad y capacitación, el estado de salud y la escasa participación de la mano de obra familiar. Además, se demuestra una baja cohesión interna en lo que respecta a intercambios vecinales, participación comunitaria y escasa vinculación con organizaciones externas (empresas, instituciones, ONG).

3.2 Contexto de vulnerabilidad

Según el marco de MV, el contexto comprende el ambiente externo, tanto natural como social, en el que las personas existen y se desarrollan. Presenta tendencias, choques y estacionalidades, sobre los cuales la gente tiene limitado o ningún control.

Tendencias: en este estudio se reconocieron las tendencias en aspectos relacionados con la economía y el origen de los alimentos en los municipios. En cuanto a los aspectos económicos, se observa que en Palestina existe poca diversificación agrícola con predominio del cultivo del café, mientras que en Aguadas, aunque el café juega un papel importante en la economía del municipio, también son importantes otros renglones productivos como el ganadero y el forestal (Cuadro 7).

En cuanto al origen de los alimentos, la síntesis de las encuestas realizadas en este estudio muestra que cerca de la mitad de los grupos de alimentos encontrados en Palestina tienen origen exclusivo en otras regiones o ciudades, como es el caso de la leche y derivados, las leguminosas, las hortalizas y verduras, y las grasas y aceites. Sin embargo, existen algunos alimentos que se producen en el municipio, como algunas carnes y huevos, cereales y derivados, farináceas y las frutas (Cuadro 8).

En Aguadas, en relación con el origen de los alimentos se observa que sólo el grupo de aceites y grasas tiene origen exclusivo en otras regiones o ciudades, el resto de los alimentos se producen dentro del municipio (Cuadro 8). Lo anterior se explica en el hecho de que la producción agropecuaria es más diversificada.

Estos resultados podrían indicarnos mayor dependencia externa de Palestina frente al aseguramiento de una canasta básica balanceada para sus habitantes, y una menor dependencia externa para el aseguramiento de esta misma canasta en Aguadas.

En cuanto a las tendencias analizadas en ambos municipios -la económica y la de provisión de alimentos- el predominio de un solo cultivo como motor de la economía y la dependencia externa en la provisión de alimentos en Palestina sugieren que frente a la seguridad alimentaria en este municipio puede existir mayor vulnerabilidad alimentaria en comparación con Aguadas, que tiene mayor diversificación productiva y menor dependencia externa en cuanto al origen de los alimentos.

Choques: considerados como aquellos factores que pueden destruir directamente el acceso a los activos de las personas (inundaciones, tormentas, conflictos civiles, etc.), o que pueden forzar a las personas a abandonar sus sitios de vivienda. En el contexto colombiano tanto Palestina como Aguadas podrían verse afectados por choques, resultado del conflicto armado y el desplazamiento forzado. Sin embargo, por la complejidad de la temática esta no fue considerada dentro del análisis.

Estacionalidades: reconociendo que éstas son unas de las mayores y más comunes causas de necesidades para las poblaciones menos favorecidas en los países en desarrollo (DFID 1999), el análisis de las encuestas y entrevistas en el estudio permite reconocer algunos factores que representan estacionalidad tanto en Palestina como en Aguadas. Estos factores son las vías de acceso, el clima y los precios de los alimentos (Cuadro 9).

La poca diversificación agrícola que caracteriza a Palestina por el predominio del cultivo de café y la estacionalidad que este producto presenta en su tiempo de cosecha en los meses de octubre y noviembre, hace que en este municipio se reconozcan otros factores que representan estacionalidad. Estos factores son dinámica comercial, oportunidades labores e inmigración de mano de obra (Cuadro 10).

3.3 Estructuras y procesos

La identificación de estructuras y procesos dentro de los municipios de estudio, se dirigió específicamente a aquellos relacionados con la seguridad alimentaria y la producción agropecuaria. En cuanto a las estructuras, representadas por las instituciones que fijan e implementan las políticas, los planes, programas o proyectos, encontramos que en Palestina y Aguadas se aprecia la presencia de instituciones públicas y privadas en intervenciones tanto individuales como colectivas (alianzas).

Sin embargo, mientras que en Palestina las alianzas institucionales combinan los niveles locales y nacionales o locales y regionales, en Aguadas estas llegan a combinar todos los niveles tanto nacionales, regionales como locales, evidenciando mayor presencia institucional del orden nacional por ejemplo a través de programas del Ministerio de Agricultura, como Alianzas Productivas y Oportunidades Rurales (Cuadros 11 y 12).

En cuanto a los procesos, representados por las políticas, planes, programas y proyectos, encontramos que en ambos municipios estos procesos se limitan a las categorías de Programas y Proyectos. No se reconoce en ninguno de los municipios procesos que se aborden como políticas dirigidas a la seguridad alimentaria. En cuanto a los temas de Programas y Proyectos, tanto en Palestina como en Aguadas existen pocos explícitamente relacionados con la Seguridad Alimentaria; el resto están relacionados con temas de mejoramiento productivo, educación y alianzas para la comercialización (Cuadros 11 y 12).

Mediante el reconocimiento de estructuras y procesos es evidente que estos son mayores en Aguadas que en Palestina, lo que sugiere que en el municipio de Aguadas existe una mayor intervención de instituciones a todo nivel y en variados temas. Esto podría explicarse porque la diversidad productiva y la iniciativa de los productores locales en Aguadas permite una mayor posibilidad de intervención de las instituciones. Además, como los indicadores de medición de pobreza en este municipio han sido tradicionalmente menos favorables, ello puede estar generando mayores acciones de intervención de las instituciones.

3.4 Estrategias de vida

Se reconocen las estrategias de vida como la combinación de actividades y decisiones que las personas y hogares realizan/toman para lograr sus objetivos en materia de medios de vida. En el estudio se identificaron a través de las encuestas, las estrategias agropecuarias y no agropecuarias utilizadas por los hogares rurales en los municipios de estudio. Además, a través de entrevistas a informantes clave se pudo reconocer cómo se combinan y desarrollan estas estrategias con relación al acceso a los alimentos.

Estrategias agropecuarias y no agropecuarias: En ambos municipios existe mayor uso de las estrategias no agropecuarias frente a las agropecuarias, expresadas en número. Sin embargo, en Palestina las estrategias agropecuarias parecen ser más importantes en términos de la satisfacción de necesidades; en Palestina se evidenció una mayor participación de las estrategias no agropecuarias dentro del quehacer de los hogares rurales, con una participación de 60%, mientras que las estrategias agropecuarias están por el orden de 40%. De igual forma en Aguadas se evidencia mayor participación de las estrategias no agropecuarias con el 67%, mientras que las actividades agropecuarias sólo representan el 33% dentro del quehacer de los hogares rurales. Si bien esta información es una evidencia de la pluriactividad de los hogares, es poco relevante desde el punto de vista de los aportes de las mismas a la economía de los hogares, pero podría explicar el bajo índice de capital natural (Cuadro 13).

Tipos de estrategias agropecuarias y no agropecuarias: En Palestina se reconocieron nueve clases de estrategias agropecuarias, dentro de las cuales la agrícola más importante es el cultivo del café con 41% y la pecuaria más importante es la cría de aves con 30%. En Aguadas se reconocieron doce tipos de estrategias agropecuarias, dentro de las cuales las agrícolas más importantes son los cultivos de plátano (18%), café (15%) y frutales (7%), y la pecuaria más importante es la cría de aves con 26% (Cuadro 14). Con la información existente no es posible determinar la participación de cada una de estas estrategias a la economía del hogar, lo que sí se puede presumir es una mayor diversidad de productos en Aguadas, que puede ser fundamental en el abasto de alimentos del municipio.

En cuanto a las estrategias no agropecuarias, en Palestina se encontró que las más importantes están representadas por la educación formal con 43,2%, seguida por el servicio de mesa con 15,7% y la actividad artesanal con 8,6%, el resto de actividades no representaron más del 8%. En Aguadas se encontraron dentro de las estrategias no agropecuarias más frecuentes, la actividad doméstica en el hogar con 41,2%, seguida de la educación formal con 15,9%, la recolección de café con 9,9% y las ayudas económicas familiares con 9,3% (Cuadro 15). La alta participación de la actividad doméstica, indica que en la zona existen pocas posibilidades de empleo para las mujeres, y que en la mayoría de los hogares las necesidades alimentarias se satisfacen en los hogares, como un trabajo no remunerado.

Estrategias agropecuarias y no agropecuarias con relación al acceso de alimentos: En Palestina las entrevistas realizadas muestran sólo evidencias de que las familias rurales dependen del factor económico como estrategia para satisfacer sus necesidades de alimentación, independiente del tipo de estrategia que desarrollan. Si se observan los índices de MV (Cuadro 5), se deduce que en Palestina, donde el índice de capital natural es más alto, el portafolio de estrategias es menos diversificado.

Lo anterior es corroborado por el coordinador de extensión del Comité de Cafeteros de Palestina que afirma: "como [en el municipio] no se producen alimentos en las fincas, entonces los campesinos dependen de su fuerza de trabajo, por lo que tienen que trabajar para poder comprar lo que necesitan" (Páez 2012). Por otro lado, el docente de la Institución Educativa Cartagena dice que "compran los alimentos, tanto las familias que no tienen tierra como las que sí, pues no hay cultura de la siembra de alimentos en las fincas" (Hernández 2012). Así mismo, trabajadores rurales entrevistados en Palestina coinciden en afirmar que "los alimentos se consiguen trabajando y luego comprando en el pueblo" (Alzate y Valencia 2012).

En el municipio de Aguadas las entrevistas muestran evidencias de variadas estrategias de las familias rurales para satisfacer las necesidades de alimentación, entre éstas: la estrategia agropecuaria para producción de alimentos de consumo, la estrategia económica basada en el desarrollo de un solo cultivo, el acceso a crédito y la venta de mano de obra para actividades agropecuarias.

En Aguadas, la rectora de la Institución Educativa El Viboral, Lindelia Galeano afirma que "las familias consumen alimentos como plátano, yuca, cebolla, tomate, maíz, carne, etc., y mucho de ello viene de la huerta" (Galeano 2012). Mario Rincón, un agricultor dedicado al cultivo de la mora dice que "los moreros dependemos totalmente del cultivo; la tierra que tenemos la dedicamos en su totalidad a su cultivo, por lo que no se dejan espacio para la huerta". "Así cuando hay poca producción o el precio está muy bajo, se recurre a los préstamos para poder comprar los alimentos" (Rincón 2012). Humberto Arias, un agricultor propietario de una finca de 1,5 hectáreas, cultivadas totalmente con café, afirma que en su predio no cultivaba alimentos, ya que había realizado varios ensayos sin resultados óptimos, lo que condujo a su dependencia exclusiva del café para la compra de alimentos. Así, mientras no hay producción o ésta es baja, entonces no hay facilidad de acceder a los alimentos, por lo que se tiene que recurrir a préstamos a través de particulares (Arias 2012).

Otra de las estrategias encontradas se refiere a venta de la fuerza de trabajo en actividades agrarias, como es el caso de la recolección, frecuente en aquellos actores conocidos como "jornaleros", quienes generalmente por no tener tierra, derivan su sustento y el de sus familias del trabajo realizado en fincas; su dinámica se basa en el desplazamiento continuo de un lugar a otro desarrollando trabajos temporales.

3.5 Relación entre Estrategias e índices de Medios de Vida

Retomando los resultados de los índices de MV y las Estrategias de vida identificadas, se procedió a analizar la relación que existe entre ambos aspectos tomando como referencia la diversidad de estrategias que son implementadas en los diferentes grupos de hogares (según el IMV).

Con la identificación de los índices de MV se clasificaron dos grupos de familias rurales, el primero con un índice entre 12 y 18,9 denominado Índice medio y el segundo con un Índice entre 5 y 11 denominado índice bajo. Tanto para Palestina como para Aguadas el grupo más representativo fue el de índice bajo. Por otro lado, con la identificación de las estrategias se determinaron las agropecuarias y las no agropecuarias.

Para establecer la relación entre los índices y las estrategias, se tomó como punto de análisis la diversidad total (incluidas agropecuarias y no agropecuarias) de estrategias que utilizan los diferentes grupos de hogares rurales; así, se consideró una diversidad alta cuando existen seis o más estrategias en un grupo, diversidad media cuando existen entre cuatro y cinco estrategias y diversidad baja cuando existen entre una y tres estrategias.

La medida de la diversidad de estrategias permite reconocer que en el municipio de Palestina los hogares del grupo bajo de índices de MV tienen en su mayoría una diversidad de estrategias en la clasificación de baja, mientras que los hogares del grupo medio tienen la diversidad de estrategias tanto en la clasificación de bajas como en la de altas (Cuadro 16). Lo anterior puede explicarse por el hecho de que los hogares con escasa dotación de activos acuden al trabajo asalariado para proveerse sus alimentos, en tanto que los del grupo medio pueden diversificar su portafolio de estrategias cuando la actividad principal no satisface sus necesidades, o dedicarse a una o pocas, como el trabajo asalariado.

Por su parte, en el municipio de Aguadas los hogares del grupo bajo de índices de MV tienen en su mayoría una diversidad de estrategias en la clasificación de baja, mientras que las familias del grupo medio tienen en su mayoría la diversidad de estrategias en la clasificación de media. Esto podría indicar que el grupo con menor dotación de activos recurre al trabajo asalariado para proveerse los alimentos, en tanto que el grupo con dotación de activos medio, puede satisfacer sus necesidades (alimentarias) con diversidad de estrategias, sobre todo con las agropecuarias.

Cuando el análisis se realiza por diversidad de estrategias diferenciando entre las agropecuarias y las no agropecuarias, la clasificación cambia; en este análisis se considera diversidad alta cuando existen cuatro o más estrategias en un grupo; diversidad media cuando existen entre dos y tres estrategias, y diversidad baja cuando existe sólo una estrategia. De acuerdo con esto, se evidencia que en Palestina los hogares del grupo bajo de índices de MV usan en su mayoría estrategias no agropecuarias con una diversidad media (entre 2 y 3), mientras que en Aguadas los hogares del grupo bajo de índices de MV usan en su mayoría estrategias agropecuarias con una diversidad baja (una estrategia) (Cuadro 16).

En cuanto a los hogares del grupo medio de IMV en Palestina, en su mayoría estos usan al igual que el grupo de índices de MV bajo, estrategias no agropecuarias con una diversidad media (entre 2 y 3), mientras que en Aguadas los hogares del grupo medio de MV usan en su mayoría estrategias agropecuarias con una diversidad media (entre 2 y 3 estrategias) (Cuadro 17). Lo anterior corrobora el hecho de que en Palestina los hogares dependen más de actividades no agropecuarias que de agropecuarias, caso contrario al municipio de Aguadas, donde las actividades agropecuarias son más importantes para los hogares.

4. A manera de conclusión: logro de la seguridad alimentaria

Los enfoques convencionales sobre el análisis de los problemas alimentarios y la seguridad alimentaria parten de los indicadores tradicionales para medir la pobreza: NBI, LP y pobreza multidimensional, en donde la satisfacción de las necesidades fundamentales, entre ellas la alimentación, depende de los ingresos de los hogares. Insistimos en que estos indicadores no son los más adecuados para dar cuenta de la seguridad alimentaria sobre todo en contextos rurales. Por ello, proponemos como alternativa el Marco de Medios de Vida, por cuanto éste permite tener una visión más amplia no solo de los activos de los hogares y de la manera como éstos los utilizan, sino del contexto que les genera vulnerabilidad y de las estructuras y procesos que fortalecen o limitan los medios y las estrategias de vida.

De hecho, comparando los indicadores convencionales de pobreza, mencionados (LP, NBI, IPM) y el Índice de Medios de Vida (IMV), Aguadas tiene mayor prevalencia de pobreza y menor dotación de activos (Cuadro 18). Desde este punto de vista, Aguadas tendría más problemas alimentarios y sería más vulnerable en relación con la seguridad alimentaria que Palestina. No obstante, y al menos para los hogares considerados en este trabajo, los de Palestina son más vulnerables desde el punto de vista alimentario. La situación es en principio paradójica, pero se corrobora con los hallazgos de este estudio.

La explicación que parece plausible puede entenderse en principio por la mayor diversidad de estrategias agropecuarias del municipio de Aguadas, incluso con índices de capitales social y humano bajos, que son fundamentales para potenciar el uso y la productividad del capital natural (tierra) y el económico (dinero). Desde esta óptica de análisis, la posibilidad del logro de la seguridad alimentaria podría focalizarse en el fortalecimiento de los capitales humano, con programas de capacitación, no solo para mejorar los sistemas de producción, sino para mejorar el uso de los alimentos producidos localmente; igualmente, es deseable mejorar el capital social, mediante el fortalecimiento de alianzas productivas y otras formas de organización que viabilicen el acceso a factores productivos y apoyos institucionales.

En el caso de Palestina, un municipio con un índice de ruralidad más bajo por su ubicación frente a las principales ciudades del eje cafetero, donde los hogares satisfacen sus necesidades con estrategias en su mayoría no agropecuarias, es importante fortalecer el capital humano para la capacitación en aspectos relacionados con actividades no agropecuarias y vigorizar la oferta de fuentes de empleo diversas (pluriactividad). Igualmente, debería incentivarse la organización de los hogares para crear microempresas que puedan ofrecer servicios de manera organizada a las empresas de la región.

En síntesis, este trabajo de carácter exploratorio nos permite ratificar nuestro punto de partida, en el sentido de que los indicadores convencionales utilizados para estimar la pobreza y focalizar políticas y programas tendientes a superar y a resolver problemas de seguridad alimentaria, son insuficientes o poco adecuados. En consecuencia, y sobre todo para poblaciones en contextos rurales, es necesario considerar el índice de ruralidad de las poblaciones, la diversidad de estrategias de los hogares, la dotación de activos, el contexto de vulnerabilidad, las estructuras y procesos. De esta manera se podrán focalizar recursos y políticas que contribuyan al logro de la seguridad alimentaria de manera integral, en donde se consideren las capacidades humanas como punto central para garantizar el derecho a la alimentación como un bien supremo.

Citas de pie de página

2. Pese a ser un indicador "grueso," el Índice de Ruralidad (IR) es útil en este caso para reconocer diferencias entre los municipios estudiados. El IR considera densidad poblacional (personas/km2) y distancia en línea recta calculada en un mapa a ciudades de más de 100.000 habitantes (PNUD 2011).


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Entrevistas

Jorge H. Páez, coordinador de extensión del Comité de Cafeteros de Palestina-Caldas en conversación con los autores, 16 de marzo de 2012.

Guillermo Hernández, docente de la Institución Educativa "Cartagena" en Palestina-Caldas en conversación con los autores, 16 de marzo de 2012.

Jesús M. Alzate y Luis E. Valencia, trabajadores rurales de Palestina - Caldas en conversación con los autores, 16 de marzo de 2012.

Lindelia Galeano, rectora de la Institución Educativa "El Viboral" en Aguadas-Caldas en conversación con los autores, 18 de febrero de 2012.

Mario Rincón, agricultor de Aguadas - Caldas en conversación con los autores, 18 de febrero de 2012.

Humberto Arias, agricultor de Aguadas - Caldas en conversación con los autores, 18 de febrero de 2012.